No os vamos a descubrir nada. Pero:
1. En el Congo, hay unos señores autodenominados "sapeurs" (miembros de la SAPE o lo que es lo mismo Sociedad de Ambientadores y Personas Elegantes) que practican el noble arte del dandismo entre escombros y restos de varios conflictos armados. Usan zapatos caros, combinan un máximo de 3 colores, se recrean con los estilos europeos tales como los franceses y los ingleses y tienen actitud. Actitud individualista 100%, personalidad 100%. "Sens of belonging" 100%, militancia 100%.
"Cuando un sapeur sale a la calle, quiere que le miren. Esta es su película. Son hombres respetados. Aclamados por el pueblo. Los invitados de honor en cualquier celebración. La gente los para por la calle. Los niños quieren ser como ellos. Las mujeres, estar con ellos. De hecho, esto es cosa de hombres. Ellas son sapeurs en tanto en cuanto sus maridos lo son. Como Ghislée, que con su corte de pelo en tres picos, su traje y bolso de Gucci, siempre va a juego con su pareja Michel. Ellos son lo más parecido a un star system que hay en Congo; famosos locales que con su presencia modifican el entorno. Organizan la vida colectiva. Cuando ellos llegan, pasan cosas. Algo así como el “¡que viene el circo!” de antes. Son agentes provocadores. Agitadores sociales con un halo de misioneros. Los catalizadores de un mensaje de paz. Ahora que los quince minutos de fama warholianos están de oferta, ese golpe de efecto que buscan los sapeurs parece más auténtico que nunca. Lo suyo es el vivo y el directo."
Y resulta que desde Europa se le dedican libros de fotografías, artículos, exposiciones y los diseñadores (esos nuevos aparentes líderes del progreso de la sociedad en el siglo XXI) les copian y les toman como referencias. Ah, pero resulta que estos mismos copian a los europeos para vestirse, toman referencias a los que toman referencias. Peces que se muerden la cola. Zapatos que se pisan a sí mismos.
2. En España, hay un señor autodenominado arquitecto de supercasas. La Sexta le hace un programa. Bueno, La Sexta le hace un anuncio de televisión por capítulos y cada semana nos meten uno. Este señor se llama Joaquín Torres y con la excusa de la sobriedad y de los colores neutros viste mal y decora horrorosamente las casas que diseña a través de su despacho. Dice que se inventa ventanales que se esconden (cosa que ya había experimentado Mies van der Rohe en sus viviendas para gentes perfectas). Y que hace arquitectura modular para que Carlos Sáinz especule construyendo lujo en tiempos de crisis.
3 y fin. En Estados Unidos, hubo un señor llamado Robert Venturi escribió un libro sobre lo imprescindible que son la complejidad y la contradicción.
Ustedes mismos, modernos, sepan que hay cosas que son gratuitamente contradictorias y económicamente complejas.
Más digresiones sobre lo complejo, lo contradictorio, lo elitista y lo moderno en VIVIR MODERNAMENTE #4.
Uy los Sapeurs!
ResponderEliminarGran tema!
En nuestro blog también se trató el fenómeno: http://theboilerclub.blogspot.com/2010/09/sapeurs-verdaderos-dandys-entre-basura.html
especialmente interesantes, las indicaciones de Jordi F. en el aptdo. comentarios.
Un saludo.
¡Buena entrada!
ResponderEliminarme ha gustado especialmente el punto 2
Pau
Alberto:
ResponderEliminarSí, en su día había ojeado tu post (que realmente está mejor escrito que el que tenemos aquí) sobre esta gente.
Lo que me resulta curioso es lo cíclico que son los movimientos culturales, ya sean "underground" o de masas. Y lo más curioso es la paradoja del cortocircuito cultural que se da cuando, por ejemplo, Paul Smith se inspira en los sapeurs que estos a su vez se pueden llegar a referenciarse en modas europeas que se inspiran en las mismas modas europeas de otras épocas comiéndose la cola al pez.
Ah, interesantísima la historia del tal Eddy Grimstead.
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Pau:
Sobre el punto 2 tenía que decir algo. Es paradójico como en tiempos de colapso inmobiliario resulta que los arquitectos cada vez más salen en los medios de comunicación tanto en televisión como en el cine con el documental de Foster. Y luego, sale este Joaquín Torres que se recrea en la arquitectura gratuita y verdaderamente elitista que nada tiene que ver con la arquitectura moderna.
Ahora bien, la arquitectura (y por extensión el arquitecto) siempre ha estado del bando del dinero, de la Iglesia, del gobierno de turno et cetera. Así que de alguna forma, todos los arquitectos son Joaquín Torres pero con menos libertades o con mejor capacidad por construir caprichos. La diferencia es que unos se quedan en lo lujoso como objetivo, y otros usan el lujo (tantos miles de euros) como experimentación y desarrollo en busca de un cobijo para el hombre moderno sin trampa ni cartón.
Joaquín Torres es un Gilipollas de Campeonato, un irritante impúdico y un ridículo "snob" entre otras cosas... Y sus clientes son tan rematadamente absurdos y gilipollas como él. Dios los cría y ellos se juntan.
ResponderEliminarJoaquín Torres es a la arquitectura lo que Borja Thyssen al coleccionismo de arte.
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