Aquí arriba un ejemplo de "new traditional" celtíbero.
Después de ver esto: http://smoda.elpais.com/articulos/lo-peor-que-le-puedes-llamar-a-algunos-jovenes-londinenses-es-moderno/758 (por favor, leedlo sin reír), desde VM algo teníamos que decir, ¿no?
Pues aquí van 7 algos:
1. Que EL PAÍS (o Brenda Otero o el jefe de la misma) llega tarde. THE CHAP existe desde hace un buen puñado de años , tantos años que hay gente que ya empieza a pensar que se está convirtiendo en una broma pesada que se alarga demasiado. O sea que hablar de tendencias de algo que ya hace años (12, para ser exactos si es que a alguien le importa que lo seamos) que pulula no sé si es novedad. Y nosotros comentamos el artículo con 14 días de retraso.
2. Que la mejor ginebra es un buen vodka. ("¿¡Pero sí yo me pasé del Absolut-Fanta limón al gin-tonic justo después de ver el reportaje de TV3 sobre la nueva tendencia de tomar combinados con ginebras de todo tipo qué hago ahora VIVIR MODERNAMENTE!?", si esto es lo que te acabas de preguntar pasa al algo nº7.)
3. Que ya los primeros modernistas a finales de los 50, imitando a los hipsters negros de EEUU ya se trajeaban con esa máxima que se cita en el artículo: "[...] Hoy es revolucionario saludar quitándose sombrero y sonreír a los transeúntes. " El uniforme Ivy para los modernistas era su propia revolución, su forma de adueñarse de su tiempo, de comerse el mundo sin tapujos y con la camisa bien planchada, de cara, aunque su habitat natural fuese la oscuridad de los clubs donde el jazz, el rhythm and blues y los nuevos sonidos hacen brillar con luz propia la medida exacta del bajo de los Levi's entreviendo calcetines con colores imposibles, ese gemelo plateado que sacaba pecho tras la manga de la americana de "natural shoulders", el cuello abotonado...
El Ivy League en la percha de un músico modernista de jazz es a la vez disfraz y comentario irónico. De cara a la América convencional blanca -la América square, cuadrada, conservadora- el traje encajonado, la camisa impecable, los mocasines lustrosos son una prueba de adaptación y respetabilidad. Dicen: “Formo parte de esta sociedad y adopto sus reglas de comportamiento público y su moral; no tenéis nada que temer”. Pero es sólo una fachada. Para el hipster, para el que controla sus significantes y sabe a qué obedecen, el Ivy es una broma pesada en la cara del establishment. Es la operación encubierta, el refugio subterráneo, que le permite al hipster seguir creando música auténticamente subversiva, continuar la revuelta cultural, explorar con aún mayor profundidad la herencia y el ritmo africano.
4. Que dos y dos son cuatro, y más dos son seis, y multiplicado por pi y dividido por la raíz cuadrada del número de oro no sabemos cuánto es.
5. Que en contra de lo que se comenta en el artículo, ojalá que los cuarentones vistan como quinceañeros, porque los integrantes de VM cuando éramos adolescentes siempre hicimos caso a nuestras madres y nos metíamos la camisa (abotonada, aunque fuese de Springfield o Pull & Bear) y no usábamos calcetines con los mocasines en verano.
6. Que la detengan, que es una mentirosa, malvada y peligrosa, que yo no la puedo controlaaaar...
7. Que el sexo también es tangible y algo muy viejo, y que al serlo los "new traditionals" deberían integrarlo dentro de sus "antídotos tradicionales" contra a este actual mundo de valores y capitales intangibles.