Extracto de la carta de renuncia a invitación a escribir sobre la obra de Mariscal para un catálogo de una muestra del mismo, escrita por Josep Bohigas (hijo del arquitecto Oriol Bohigas) del estudio barcelonés de Bopbaa:
"[...] Hemos pasado en pocos años del barcelonismo, basado en el optimismo transformador y en un incipiente patriotismo urbano, a la barcelonitis, una infección e inflamación exagerada de ese orgullo, donde, perdido el modelo, sólo entrevemos simulacros del buen rollo a base de interpretaciones poco justificables de vuestras primeras intenciones.
No sé a ti, pero a mí me ha aumentado la mala leche y tiendo a reaccionar con poco entusiasmo frente a tales derivadas. Hoy ya no trago ni con «Barcelona, posa’t guapa» –por muy buenos resultados que hubiese dado en su momento– ni mucho menos con «Barcelona, la millor botiga del món» o con «Visc a Barcelona» (¡qué lejos de aquel sintético «Bar, Cel, Ona»!)... Son muchas las chorradas que reviven con nostalgia otro sentimiento, y me saca de quicio ver cómo el talento (que lo hay) sigue encallado en un espejismo del pasado y no se retroalimenta y regurgita sobre realidades sociales más objetivas. Tal y como indica Manuel Delgado en su libro La ciudad mentirosa, «el orden político – y un ejército de arquitectos y diseñadores que lo obedecen- insiste en hacer creer a todo el mundo su propia alucinación de una ciudad plenamente desconflictivizada… Para ello, requiere inventar y publicitar este principio de identidad que esconde la dimensión perpetuamente alterada del universo que administra».
[...]
¡Que se enteren de que Cobi se fue, y no volverá!"
Levi's 501 con dobladillo por encima de los tobillos. Botas de campo caras. Camisas italianas de marca (con el logo bien grande). Tardes de hamburguesas y patatas fritas. Wayfarers y pelo corto con algo (o mucha) gomina. Y Vespas.
¿Les suena? Sí, esto es 1961 y estamos en el Soho de Londres. ¡PUES NO, PANINARIS!
Estamos en Milán y Reagan gobierna EE.UU. Estamos en 1984 y una serie de pijos adolescentes italianos se reúnen cada fin de semana en un bar de comida rápida y Coca-Cola's llamado Il Panino para lucir sus nuevas prendas de ropa de marca al más puro estilo "italiano". Son los "paninari", profetas con acné de la moda "sport"(1) de los alegres y desenfadados años 90.
Pues eso, en los 80 hubo una serie de adolescentes que vivían su angustia existencial hormonada comiendo cómida americana de imitación italiana. Hablaban de chicas y de las chaquetas que más molaban (vamos como el 99,9% de los adolescentes contempóraneos en el "Primer" Mundo). Y llegaron a la conclusión que las chaquetas más molonas eran los plumones de esquiar de colores chillones y brillantes de la marca italiana Moncler. Abrigados con estos anoracs y bajo los efectos de la cafeína y el azúcar (es decir: un par de Coca-Cola's) empezaron a dejarse ver (y notar) por las calles de Milán con sus Vespa's o Zundapp's cuales macarra-pijos en busca de ser el más guay y el que más chicas "se triunfaba" con Duran Duran, Wah! y otros grupos comerciales de la new wave del momento como ruido de fondo (más que banda sonora). Y claro, el resto de chavales de su edad, les empezaron a imitar en masa para poder ligar tanto como ellos y en cuestión de un par de fines de semana, media Italia adoptó la estética "paninari".
HITO HISTÓRICO PANINARO nº1: Tal gancho tuvo esta movida paninara que en seguida los medios de comunicación se hicieron eco (quizá para poder tener un medio donde publicitarse aún más y sacar dinero) y se editó un magazine con el título "PANINARO" con contenido 100% paninari, con propia mascota paninara.
HITO HISTÓRICO PANINARO nº2: En 1995, Pet Shop Boys, tras un viaje a Italia donde descubrieron esta "subcultura" vestida de Timberland y Emporio Armani, les dedicaron toda una canción que certificó la internacionalización de la moda paninara que acabaría conviertiéndose en la estética oficial del italianito chulito.
Pues se ve que en 2008 (y parece que todavía hasta hoy en día), según una tal Ana Serrano, de soitu.es, hubo un revival de esta estética. Marcas, que no quiero publicitar, han ido sacando modelos de anoracs, botas y demás prendas imitando la ropa de entonces pero con un toque contemporáneo, eufemismo que certifica el colapso creativo de la moda y, sobre todo, de las tendencias (2).
Y también se ve que para este año, 2011, a dos italianos llamados Ramon Verdoia y Fabio Notario se les ocurre la idea de estrenar la película "Il Retorno dei Paninari" sobre las desventuras existenciales de los paninari. La película tiene toda la pinta de ser un zurullo: exceso de narraciones y reflexiones en off, superposiciones en transparencia de imágenes como los peores videoclips de karaoke, actores inexpresivos entrados en años haciendo ver que son jóvenes, y música (chunga) de fondo todo el rato. ¡Qué nadie se quede sin revival!
Uhmmm... ¡Oh!
¡MIERDA!
Ordenando las fotos escaneadas de mi adolescencia he descubierto que fui un pseudo paninaro (con ropa de Inditex) por allá 1999-2000. He aquí la prueba. El del chaleco rojo tampoco era paninaro del todo, pero era pijo de Tres Torres (Barcelona) aunque llevase 501 y un chaleco rojo a lo Michelin, porque tan sólo intentaba llamar la atención de una compañera de clase en un viaje de fin de curso a Andalucía en 3º de BUP (aka 1º de Bachillerato). Todos tenemos un pasado. ¡Hala, a revivalarlo(3)!
--- (1) Hoy en día ya no se usa en el mundo de la moda el anglicismo "sport". Está totalmente démodé, si os fijáis, los grandes empresarios téxtiles ya no usan esta palabra para clasificar su ropa. Inditex y compañía prefieren términos como "urban" o "casual". Prefieren catalogar la ropa como expresiones de las personalidades de los consumidores y no una forma de abrigarse y de engalanarse según la formalidad e importancia de un evento (trabajo, fiesta, boda, partido de balonmano, guateque, cócktel de tarde...).
(2) Marcas de ropa: ¡dejad de inventaros "temas" o "conceptos" a la hora de sacar ropa cada temporada! No es necesario.
(3) Por favor, queda permanentemente prohibido tener conversaciones sobre los dibujos animados de nuestra infancia o adolescencia. Estas conversaciones solamente constatan el aborrecimiento contemporáneo resultado de la tristeza que nos provoca saber que nunca volveremos a ser adolescentes y que el resto de nuestras vidas vamos a tener que estar preocupados constantement por pagar facturas y decir mentiras todo el día, que es lo que significa hacerse mayor.
La distribución del VM#4 sigue en marcha en los siguiente establecimientos de la Ciudad Condal:
- Hackney (Travessera de Gràcia, 164)
- Bar Vinilo (C/ Matilde, 2) - Carhartt Shop Barcelona (C/ Rec, 71) - Pony Café (C/ Portal Nou, 29)
Además, por las noches de The Boiler Rhythm & Soul Club y Movin' On podréis cazar algún ejemplar.
Y este sábado en la fiesta LE CLEAN CUT en el Macondo Bar (C/ Conca, 21, Barcelona) podréis obtener algún ejemplar a partir de las 22:00h y bailar al son de la música en directo de The Top Mods más las sesiones de pinchadiscos de Carlos Navarro, Lluís Cardenal, Albert Petit y Alberto Valle.